lunes, 28 de mayo de 2012

INDEC QUE TRABAJA: ¡¡¡ FUISTE, ALPISTE !!!

INDEC QUE TRABAJA: ¡¡¡ FUISTE, ALPISTE !!!: ¿Mauricio Macri tiró la toalla?   El jefe de gobierno, entre el abandono absoluto de la gestión y el recorrido judicial por distintas causas.El fallode la corte que obliga al grupo clarìn a cumplir la ley de madios ,la quita de la concesion a TBA y las medidas tributarias y de control de mercado de cambios.
Más allá de su ausencia en el Tedeum organizado por el cardenal Jorge Bergoglio, ocasión que siempre aprovecha el príncipe católico para florearse con sus críticas frente a los políticos pero sin hacerse cargo de ninguna de las faltas cometidas por los hombres de la Iglesia durante los últimos 40 años, el intendente de la Ciudad de Buenos Aires parece haber comprendido que él en la carrera presidencial ya es No Placé. E igual que el gordito dueño de la pelota que no juega si no lo dejan ganar –quizás una de las características entre un animal político y un tirifilo tratando de hacer política es el placer que produce el propio juego independientemente del resultado final–, Macri comienza a desandar sus propios deseos y transita por el abúlico camino de la des-gestión. Aburrido, malhumorado, sin recursos discursivos ni fuerza transformadora se desdibuja como esperanza blanca de la derecha argentina –lo que conlleva un problema para el sistema político argentino– y pasa a una etapa defensiva marcada por la caída en las encuestas –finalmente, a pesar de la cobertura mediática del Grupo Clarín y el diario La Nación, comenzaron a entrarle las balas y hasta su propia clientela comienza a desconfiarle como posible líder político y social–, el recorrido judicial por distintas causas y el abandono absoluto de la gestión.
Más allá de su ausencia en el Tedeum organizado por el cardenal Jorge Bergoglio, ocasión que siempre aprovecha el príncipe católico para florearse con sus críticas frente a los políticos pero sin hacerse cargo de ninguna de las faltas cometidas por los hombres de la Iglesia durante los últimos 40 años, el intendente de la Ciudad de Buenos Aires parece haber comprendido que él en la carrera presidencial ya es No Placé. E igual que el gordito dueño de la pelota que no juega si no lo dejan ganar –quizás una de las características entre un animal político y un tirifilo tratando de hacer política es el placer que produce el propio juego independientemente del resultado final–, Macri comienza a desandar sus propios deseos y transita por el abúlico camino de la des-gestión. Aburrido, malhumorado, sin recursos discursivos ni fuerza transformadora se desdibuja como esperanza blanca de la derecha argentina –lo que conlleva un problema para el sistema político argentino– y pasa a una etapa defensiva marcada por la caída en las encuestas –finalmente, a pesar de la cobertura mediática del Grupo Clarín y el diario La Nación, comenzaron a entrarle las balas y hasta su propia clientela comienza a desconfiarle como posible líder político y social–, el recorrido judicial por distintas causas y el abandono absoluto de la gestión.

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